jueves, 28 de octubre de 2010

VERSOS EN ITACA



Justo antes de que el viernes día 5 tengamos el placer de disfrutar de un concierto de Zahara en Itaca, el jueves 4 podremos disfrutar de los versos de Óscar Aguado, poeta nacido en Las Palmas de Gran Canarias el 24 de diciembre de 1977. Ha sido antologado en Periféricos (U.P. José Hierro, 2004); Todo es poesía menos la poesía (Editorial Eneida, 2004) y Jam sessions del Bukowski Club 06-08 (Escalera, 2008).

Sus libros publicados son Yo fui el negro que escribió la biblia (Premio nacional de poesía joven U.P. José Hierro, 2005); El arco iris de un anticuario (Amargord, 2006), El corazón mas feo del mundo (Amargord, 2008. Finalista del premio Andalucía joven de poesía) y audiodisco Barro (grupo artístico 8. 2008). Canción de cuna para un héroe fue finalista del premio “Margarita Hierro de poesía”. Su último libro es Las últimas palabras de Harpo, Amargord, Madrid, 2010.

Óscar, además, estará acompañado por Corco, reciente semifinalista del Creajoven de Canción de Autor.

Dejamos aquí un par de poemas de Óscar Aguado esperando verles el próximo día 4 de noviembre a las 9 de la noche en Itaca (C/Mariano Vergara, 6 -Murcia-).


MAGIA

El seis de enero de 1985
mis padres me dejaron bajo la cama
un estuche de latón
con su goma, sacapuntas y lapicero
sin que nadie lo viera
ni siquiera mis padres
tan atentos esa noche
sin que ni mis padres ni yo lo viéramos
Don Melchor
tras beber agua del grifo
dejó bajo mi cama
una pelusilla
que me dio la virtud de jugar,
de inventar juegos.
El seis de enero de 1986
mis padres me dejaron bajo la cama
un balón de reglamento
y un monopoly
sin que nadie escuchara sus pasos
ni siquiera mis padres
tan sigilosos aquella noche
sin que ni mis padres ni yo escucháramos sus pasos
Don Gaspar tras beber vino blanco del grifo
dejó bajo mi cama
en forma de calcetín con agujeros
la capacidad de amar sin límite
El seis de enero de 1987
mis padres me dejaron bajo la cama
un ordenador personal
y unos guantes de lana
sin que nadie se percatara de su presencia
ni siquiera mis padres tan ocupados esa noche
sin que ni mis padres ni yo nos percatásemos de su presencia
Don Baltasar
tras beber tequila del grifo
e ir chocándose con todos los muebles de la casa
dejó bajo mi cama
un lapicero viejo con la punta rota
que me ofreció el don de la poesía
Nunca se lo conté a mis padres
y nunca conté a los reyes magos
que esa misma noche
recibía regalos por partida doble
Nunca se lo conté a los reyes magos
porque nunca se hubieran creído que mis padres, en realidad, existían.



AÚLLA EL TANGUERO

Préstame el tango que nace de tus ojos negros la cornisa de
amor en la que soñaba Gardel y aquella pelota que el Pelusa
acarició con la mano de dios porque no tenía otras

préstame el pasado de unas madres sin futuro

y ese Río de la Plata en el que bregan los porteños

en el que la plata se torna mariposas que van desafiando el
aire de la tarde con sus alas albicelestes

préstame una última noche de tango en la que Alfonsina salga
de la cresta de una la con un poema en la mano que diga que
hasta muerta moriría de amor que merece la pena sentir en el
pecho la presencia inquebrantable de la derrota

préstame el himno de una afición loca con los colores más
desteñidos que nunca y también más pegados a la piel

préstame una lluvia fina que vos también querés dejarse mojar

una grapa que cosquillee las dudas

y palabras que nos den sentido y palabras y palabras que
desenreden la trama al tiempo que tejen una mayor

préstame un tango y una copa rota que por mucho que
te hayas ido sentiré que la tristeza te recupera

(esta mala farra que da vueltas a un tiovivo)

préstame mujer tu sonrisa más presta el ovillo de tus
dedos y la última noche para saberte querer

préstame el tango morena que muere en tus ojos negros

lágrimas que se fundan con un mal vino

y la cobardía de un quererte

yo a vos os presto este mísero tango que ni sé por qué
termina ni sé hacia dónde me lleva.

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